Canciones bonitas

Las canciones más bonitas de ahora y de siempre, por primera vez en un blog en venta directa (sólo Península y Baleares)

17 julio 2005

Moon River

Henry Mancini y Johnny Mercer





Moon River, wider than a mile,
I'm crossing you in style some day
Oh, dream maker, you heartbreaker,
Where ever you're goin'
I'm goin' your way.

Two drifters off to see the world,
There's such a lot of world to see.
We're after the same rainbow's end,
Waitin' 'round the bend,
My Huckleberry friend, Moon River and me.


Casualidades del destino: después de que el sudafricano Danny Williams cantase la mejor versión conocida de Moon River, el estadounidense Andy Williams grabó otra versión, que es la que ha quedado como "clásica" (y es la que menciona Nelson en un capítulo de Los Simpsons). ¿Por qué sería? ¿Porque Andy era blanco y Danny negro? Tal vez nunca lo sabremos, aunque sí sabemos que muchos enamoradizos lo que recuerdan es a la inolvidable Audrey Hepburn interpretándola en la ventana para el estupefacto Annibal Smith, nombre real George Peppard, en la película Desayuno con diamantes.

Esta canción ganó un OscarTM a la mejor canción, valga la redundancia, y es realmente bonita. Y no importa el título de la película: es más apropiada para cenar que para desayunar.

Río Moon, más ancho que una milla,
algún día te cruzaré a lo grande.
Oh, fabricante de sueños, tú, rompecorazones,
donde quiera que vayas iré contigo.

Dos vagabundos que salen a ver el mundo,
hay un montón de mundo para ver.
Estamos persiguiendo el mismo final del arco iris,
esperando en la curva,
mi amigo Hucleberry, el río Moon y yo.

05 julio 2005

Otra tarde

Los Secretos




Imagen obtenida de la web de RTVE.

Esta es otra tarde,
te he vuelto a chillar,
es igual que antes,
te has vuelto a enfadar.

¿Por qué me dices que va a ser distinto
si luego vuelve a ser lo mismo?
¿Qué tengo que ser para ser algo?
Para quererte sólo valgo.

Al llegar el viernes
me siento mejor.
La semana que viene
nunca llegó.

¿Por qué me dices que soy tan raro?
Que todo salga mal no es tan malo.
¿Qué tengo que ser para ser algo?
Para quererte sólo valgo.

Esta es otra tarde,
y mañana es martes.
Es mejor que todo
siga como antes.

¿Por qué me dices que va a ser distinto
si luego vuelve a ser lo mismo?
¿Qué tengo que ser para ser algo?
Para quererte sólo valgo.

El 17 de noviembre de 1999 se encontraron tirado en un portal, muerto de una sobredosis de heroína, a Enrique Urquijo. Él, que era el alma de Los Secretos. Él, que tenía una hija de corta edad. Él, que hacía pocos años había publicado un disco titulado Adiós tristeza. Para que luego digan que no existen el destino y sus ironías.

No me gusta hablar de aquello que vino en llamarse movida madrileña porque, a veintitantos años vista, da pena mirar a sus protagonistas: antaño escandalizaron con su ropa, paradigma de lo hortera, su actitud hacia las drogas y su rebeldía contra todo; hoy no pocos de ellos van puerta a puerta haciendo campaña por el PSOE -o algo peor-, aparecen en programas de televisión sobre animalitos o graban un disco homenaje a Los Panchos. En cierto sentido Enrique fue afortunado. Lo recordaremos escupiendo su tristeza en los escenarios, y no haciendo el idiota en Pelopicopata.

Ha sido muy difícil escoger una canción bonita entre las decenas que cantaron los hermanos Urquijo, desde la estremecedora ranchera Quiero beber hasta perder el control hasta el canto a la nostalgia adolescente Qué solo estás, pasando por la preciosa Ojos de gata, compuesta en colaboración con Joaquín Sabina, y la inmortal Déjame, coreada veinte años después por las hordas punk, grunge, rapers o cualquiera que sea la etiqueta que los jóvenes quieran ponerse hoy. ¿Por qué he escogido precisamente esta canción? Pues porque es la favorita de mi amigo L., y alguna canción tenía que escoger.

Álvaro, el hermano de Enrique, ha continuado haciendo un digno trabajo al frente de la banda. Pero los ochenta acabaron hace tiempo. Los Secretos son, pues, una leyenda viva. O medio viva.

Página web oficial de Los Secretos.